Luces navideñas en Medellín


En pocos lugares del mundo se lleva la navidad más a gala que en Medellín.  El encendido de luces, que tiene gran tradición en toda Antioquia, ha encontrado la tormenta perfecta en la capital industrial del país: una colaboración entre las autoridades y las empresas privadas, sobre todo de energía y comunicaciones, que sumada a la legendaria laboriosidad paisa, han conseguido lo inimaginable. El epicentro de la celebración se extiende a lo largo del río Aburrá. Lo que habitualmente es una autopista se convierte durante los meses navideños en una gran avenida peatonal. Por un tiempo limitado los peatones recuperan un espacio usurpado por el tráfico rodado, y tienen acceso directo al frío en inquieto afluente del Cauca.


Pero casi nadie presta atención a las caliginosas aguas, pues todas las miradas se centran en el despliegue insólito de luces: sobre el río, junto a él, por todos lados aparecen bombillas – Leds, de bajo consumo, nos aclara el guía – agrupadas por temas y colores. Entre las luces, espacios visitables con alusiones a los motivos navideños: el portal, la visita de los reyes, etc. La Navidad es tiempo de alegría, y los miles de visitantes que cada día visitan las iluminaciones son buena prueba de ello. Aunque los niños disfrutan como locos, los adultos de todas las edades pasan también un buen rato, admirando tan espectacular e incesante espectáculo. La policía garantiza la seguridad, pero parace también formar parte de la alegría y el buen humor colectivo.



Los carros que circulan por las vías que aún tienen abiertas lo hacen despacio, desafiando cualquier afán, pues sus ocupantes tampoco quieren perderse nada. Sin embargo, de ser posible uno debe aventurarse a pié entre las luces, perderse algunas horas, incluso retornar en días distintos, pues no hay dos iguales. Las luces acaban compitiendo con los paseantes por ser las verdaderas estrellas del espectáculo. Como forastero, creo que al final es la gente de Medellín quien se lleva el premio: son los jóvenes que disfrutan en grupos o en parejas, los niños que se saben protagonistas temporales, los ancianos que vencen sus dolores y perezas para embarcarse en paseos mucho mas demorados de lo habitual. Por fin la ciudad es para sus ciudadanos, para su disfrute, para su felicidad. Todo lo demás pasa a segundo plano. Medellín vuelve a  ser el mejor vividero del mundo.



Este año además se está proyectando un show tridimensional sobre la fachada de la Catedral Metropolitana. Hace referencia a la historia del Valle de Aburrá, y vale la pena verlo. Su único inconveniente es que se hace muy corto, uno quiere seguir viendo más y mas. El año que viene se hará imprescindible retornar.


Y qué mejor manera que desear a los lectores unas felices fiestas que con imágenes de Medellín en diciembre! De corazón les deseo a todos los lectores del blog unas felices fiestas y un próspero año 2014.


Mi agradecimiento a la Gobernación de Antioquia y al Bureau de Medellín por invitarme a participar en este Press Trip 








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