Inseguridad frente a sensación de inseguridad en Bogotá




Artículo originalmente publicado en URB.IM, uno de los portales de urbanismo mas influyentes del mundo.

Aunque las autoridades afirman que las tasas de delincuencia han disminuido de forma significativa en Bogotá, la percepción pública de inseguridad no ha disminuido. La Policía metropolitana, por ejemplo, afirma que en el 2013 la tasa de homicidios disminuyó un 16 por ciento con respecto al año anterior. Los delitos de alto impacto, como el robo de celulares, disminuyeron un 11 por ciento en el mismo periodo. Sin embargo, en un sondeo se recoge que la sensación de inseguridad entre los encuestados aumentó considerablemente en 2012 (pasando del 38 por ciento en el 2011 al 46 por ciento). En 2013 se redujo al 42 por ciento.

Estos datos, aparentemente contradictorios, se deben a dos problemas interconectados: la existencia de los delitos de alto impacto y la enorme dificultad de obtener estadísticas fiables sobre los delitos en Bogotá. Los robos callejeros son, según el sondeo antes mencionado, los delitos que con diferencia más contribuyen a la sensación de inseguridad. El tráfico de drogas y las bandas callejeras se alternan en segundo lugar según los años. El 77 por ciento de los encuestados manifiestan haber sufrido un robo. Esta tasa se mantuvo constante en los años 2011, 2013 y 2013. El 70 por ciento de estos robos lo eran de teléfonos celulares. Estos delitos, que en ocasiones pueden ser muy violentos, son una de las principales razones por las que la sensación de inseguridad es tan elevada en Bogotá. Solo una de cada cuatro víctimas de robos lo denuncia ante la policía.

Otro factor que dificulta la comprensión del fenómeno de la delincuencia en Bogotá es la divergencia entre los datos que presentan las distintas autoridades. Por ejemplo, según la Policía Metropolitana—que es una rama del cuerpo nacional de policía—la tasa de homicidios en 2013 fue de 16,1 por cien mil habitantes. Este dato supone una mejora considerable frente a años anteriores, es de hecho la más baja en tres décadas. Aun así, es significativamente mayor que la publicada por la alcaldía, que es de 13 asesinatos por cada cien mil habitantes. El Instituto de Medicina Legal también publica sus propios datos, a menudo divergentes.

De este modo, el hecho de que no se denuncian y los problemas de fiabilidad de los datos oficiales explican la contradicción entre las tasas de delincuencia decrecientes y el aumento en la percepción de inseguridad. El presentar los datos de la delincuencia en mapas facilita la comprensión de la situación real. Los medios tradicionales pueden jugar un papel decisivo en este proceso. El Tiempo, el periódico más leído de Colombia, a menudo publica mapas en los que se presenta información geo referenciada sobre los delitos. En el 2012 lanzaron una iniciativa colaborativa, ahora desactivada, en la que los lectores podían reportar los delitos de los que fueran víctimas. Sin embargo, las iniciativas sociales y colaborativas pueden jugar un papel aún mayor. Una de esas iniciativas, el Ecocitizen World Map Project, suministran los mapas y carga los datos oficiales, aunque también permite a los usuarios registrados el cargar sus propias series de datos. Incluso se abre la posibilidad de que los ciudadanos utilicen el sistema para reportar delitos de los que son víctimas. Estas soluciones colaborativas están a penas en su infancia. Por ejemplo, aún no hay mapa disponible para Bogotá, aunque si lo hay para Medellín. La posibilidad de combinar datos oficiales con datos de investigadores y de ciudadanos supone una herramienta muy poderosa para conocer mejor los problemas urbanos y así facilitar la posibilidad de encontrar soluciones para ellos

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