Vuelta a la Sierra: las Lagunas

Laguna de los Verdes. Foto: Alejandro Cavanzzo
Laguna de los Verdes. Foto: Alejandro Cavanzo
ATENCIÓN: En el 2013 PNN de Colombia ha prohibido el acceso a la parte oriental del parque, respondiendo a una petición de la comunidad U'Wa. Se recomienda informarse con las autoridades del parque antes de iniciar una excursión por esta zona.

Dicen los geólogos que los nevados de El Cocuy se elevaron a los largo de millones de años, en un proceso que califican de relativamente rápido en los términos que habitualmente manejan. Sin embargo, para los caminantes, sobre todo para quien los observa desde su cara oriental, da la impresión de que se levantaron en un violento cataclismo, en a penas unas horas. Y el proceso no se detuvo: los saltos de agua, los constantes aludes de nieve, y los peligrosamente recientes derrumbes de rocas dan un brutal dinamismo al paisaje.
Laguna de la Isla. Foto: Alejandro Cavanzo
Pero toda la turbulencia y vertiginosidad de las moles verticales se vuelve calma y tranquilidad en las lagunas que jalonan la vuelta de la sierra. Aprovechando cualquier espacio horizontal, las aguas se toman un prolongado descanso antes de seguir su veloz descenso hacia el Magdalena o el Orinoco. No sorprende que los campamentos se hagan junto a las lagunas, no solo por su belleza, sino por la paz que reina en su entorno. Cada una tiene un color, y sus aguas tienen un sabor diferenciado según los minerales que hayan arrastrado en su camino.

Las tiendas, cerca de la Laguna del Pañuelo. Foto: Alejandro Cavanzo
La primera jornada concluye en la Laguna de los Verdes, la más baja de la caminata (menos de 4.000 metros). En la segunda jornada caminamos junto a la de la Isla, y tras agotador boquerón de la Sierra, sobrepasamos la del Avellanal, pues decidimos acampar bajo la protección de la Cueva Larga. En la tercera jornada, rumbo al Alto del Castillo pasamos junto a la del Rincón, siendo nuestro destino la del Pañuelo. Sin embargo, antes de llegar encontramos una laguna, que no tiene nombre, con una acogedora playita, y decidimos acampar allí: yo me sentía como si hubiera llegado al Ritz! Esa noche estuvimos escuchando hasta muy tarde el ronco sonido de las avalanchas de nieve que caían desde los gigantes. En la cuarta jornada bordeamos la Laguna del Pañuelo (a pocos minutos del lugar de nuestra acampada) y la de Hoja Larga (en realidad una serie de lagunillas pequeñas) y llegamos a la majestuosa Laguna de la Plaza: la mayor y más hermosa de todas. Desde allí pudimos contemplar el Toti, pico que escalamos en enero de este año.


El Toti, desde la Laguna de la Plaza. Foto: Jorge Bela
El último día, como no podía ser de otra, tuvimos una despedida espectacular: desde el Alto de Cusirí se desciende al Valle de Las Lagunas, con la de Parada, Cuadrada y Pintada, entre incontables lagunillas menores, y cascadas descendiendo desde los picos nevados. Es una jornada agotadora, pero es inmensa la felicidad con la que se llega al final de la caminata


Jorge, Carlos Fernando y Alejandro, en la Laguna de la Plaza. Foto: A. Cavanzo





Comentarios

  1. Excelente lugar, por cierto, en las lagunas se puede pescar o no hay peces o esta prohibido?.
    Bueno fuese poder visitar estos lugares tan espectaculares que tiene mi Colombia.

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    1. ola Gustavo. Solo me consta que hay truchas en la Laguna de los Verdes, y al parecer los lugareños sí las pueden pescar. En el resto de las lagunas no vi peces, pero si vi muchos patos, lo que hace pensar que quizá si haya algo que comer en esas aguas. Para los visitantes al PNN está totalmente prohibido pescar, cazar, incluso llevarse plantas o rocas. Los ecosistemas de estas lagunas de alta montaña son muy frágiles, y hacen bien en protegerlos, sobre todo porque aunque ahora hay poca gente, en un futuro seguro vendrá mucho más.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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