Cerca de Bogotá: Cascadas de la Chorrera


Cascadas de la Chorrera, cerca de Choachí.
Cascadas de la Chorrera. Foto: Jorge Bela
 El mayor lujo de Bogotá quizá sea la cercanía de parajes naturales espectaculares, muchos de ellos a penas tocados por el turismo. Además, existen varias empresas que se dedican a organizar caminatas de uno o dos días, y de todos los niveles, lo que facilita tanto a los visitantes como a los propios bogotanos el acceso a estos lugares. Yo ya he caminado con Clorofila, Salsipuedes y con Caminantes del Retorno, y he conseguido llegar a lugares que difícilmente hubiera encontrado  por mi cuenta, y que además no figuran en las principales guías turísticas. Para los amantes de la naturaleza que pasen algún tiempo en Bogotá, recomiendo que revisen las webs de estas empresas, prestando, eso sí, atención al grado de dificultad de las mismas, pues mientras algunas son suaves y aptas para niños, otras pueden llegar a ser sumamente exigentes.

Flores en el camino a las cascadas de la Chorrera, cerca de Choachí.
El camino está lleno de flores silvestres. Foto: Jorge Bela
Ayer estuve con Caminantes del Retorno en las cascadas de la Chorrera, cerca de Choachi. En el grupo, de unas 20 personas, estábamos cuatro extranjeros residentes en Bogotá, y un ejecutivo Mexicano amante de la naturaleza que estaba de trabajo en Bogotá por dos semanas. El resto eran colombianos. Carlos, fundador de Caminantes, nos explicó que en este tipo de caminatas, de dificultada baja o media, el ritmo de avance lo marca el grupo. Se camina sin afán, siempre esperando a aquellos que pudieran estar demorados por alguna razón. Laura, segunda guía del grupo, y además su esposa, se turnaba con él bien en cabeza o bien en la retaguardia del grupo, asegurándose en todo momento de que nadie se despistara.

Una siesta con vistas espectaculares  en el camino a las cascadas de la Chorrera, cerca de Choachí.
Una siesta con vistas espectaculares. Foto: Jorge Bela
El viaje de Bogotá hacia Choachí es corto y espectacular: tras superar los cerros orientales y unos cortados vertiginosos, se atraviesa un páramo antes de iniciar el descenso. Hicimos una breve parada en el piqueteadero Misicui, donde tenían arepas, almojábanas y envueltos recién hechos. Muy cerca de allí tomamos un camino hasta un punto en el que se hacía demasiado estrecho para el bus y allí empezamos a caminar. Aunque hay alguna subida fuerte, con la altura conviene siempre iniciar las marchas despacio, hasta que el corazón bombee con toda su fuerza. En poco menos de una hora llegamos a una primera cascada. En media hora más de marcha llegamos a la base de la cascada de la Chorrera, que algunos consideran la más alta de Colombia, mientras que otros no lo aceptan, pues la consideran no una sino una sucesión de diferentes cascadas. Los paisajes eran espectaculares, y el grupo sumamente agradable.

Iniciamos el descenso en el camino a las cascadas de la Chorrera, cerca de Choachí.
Iniciamos el descenso. Foto: Jorge Bela
Una vez alcanzado nuestro objetivo, Carlos nos preguntó si deseábamos subir al cerro, o dar por concluido el avance. Dio datos precisos: unos 500 metros de desnivel,  y una ascensión fuerte pero breve: de menos de una hora. El grupo a penas lo dudó, decidimos subir hasta el cerro. El esfuerzo valió la pena: llegamos a un potrero donde almorzamos, tras lo que la mayoría quedó plácidamente dormida, disfrutando de los tibios rayos de solo típicos de las tardes andinas.

Delicioso piqueteadero en el camino a las cascadas de la Chorrera, cerca de Choachí.
Piqueteadero al final del camino. Foto: Jorge Bela
El descenso fue rápido, al igual que el regreso a Bogotá. Antes de las seis ya estaba en mi casa, con tiempo para disfrutar del resto de la tarde del domingo, y con una gran sonrisa por la satisfacción de haber conocido otro de los hermosos lugares que están muy cerquita de Bogotá.

Este perro nos acompañó en el camino a las cascadas de la Chorrera, cerca de Choachí.
Este perro nos acompañó en la caminata. Foto: Jorge Bela.
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Comentarios

  1. Bonito lugar. Yo había oido hablar del Salto del Tequendama, que también está cerca de Bogotá.

    http://www.elespectador.com/noticias/nacional/imagen-263730-salto-del-tequendama

    Creo que la espectacularidad depende de cómo vaya de agua el rio según la época del año. Ya nos contarás si tienes ocasión de visitarlo,

    un abrazo,

    Jaime

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    Respuestas
    1. Hola! Mis disculpas por el retraso en responder. Sí recuerdo que hay que pagar una entrada para llegar a las cascadas. Me parece que es poca cosa. Yo fui con Caminantes del Retorno, mi grupo favorito para salir de caminata.

      Respecto a la errata, tienes toda la razón. No eres el primero que me lo advierte. El caso es que decidí no cambiarlo, porque ya es parte de mis señas de identidad. Fíjate lo que pasó con el diario El País de España: no llevaba el acento, y desde que lo pusieron su calidad y sus ventas han caído en picado. Gracias por avisar en todo caso.

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