(La primera parte de este artículo se puede leer aqui)
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Darien, desde Panamá. Foto: Ben Beijke |
2. El Darién
El Darién
es la zona selvática que se encuentra en la frontera con Panamá, y que se
extiende por este país. Es una zona casi completamente virgen. Incluso la
famosa autopista panamericana se interrumpe en este lugar, que solo puede ser
rebasado por barco. Desde siempre ha sido una barrera natural que, por razones
políticas y económicas, ni Colombia ni Panamá parecen tener intención de
resolver. La vegetación exuberante, la
tradición cultural de las poblaciones indígenas, y la ausencia casi completa de ruido y
polución son los atractivos que, en otras circunstancias, harían del Darién un
destino turístico esencial en Colombia.
Sin
embargo, no es en absoluto recomendable adentrarse en estas tierras. Pareciera
que todos los conflictos colombianos han querido tener presencia en el Darién.
Guerrilleros, paramilitares, traficantes y bandas criminales han ejercido sus
macabras actividades en distintas fases, y aún sigue siendo un lugar sumamente
peligroso. Tom Hart Dyke, un británico amante de las orquídeas, tentó la suerte,
y fue secuestrado, salvando la vida de forma milagrosa, como contó en una fascinante entrevista radiofónica en Colombia Calling (también plasmó su historia en el libro The Cloud Garden. Muchos otros, algunos muy
recientemente, no han tenido tanta suerte y siguen secuestrados o han perdido
la vida.
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Canoa remonta el Atrato cerca de Vigía del Fuerte. Foto: Jorge Bela |
Existen
destinos en la vecindad que pueden dar una idea de lo que es el Darién, pero
conmucha mayor seguridad. Por ejemplo, Capurganá, en el golfo de Urabá, es un
destino turístico consolidado. Para los más aventureros, se puede remontar el
río Atrato, el más caudaloso de Colombia, en barcazas que hacen el viaje
regular cada día. Dos destinos posibles son Quibdó, la capital del Chocó, o Vigía del Fuerte, en Antioquia, que cuenta
con algunas plazas hoteleras. Esta no es una zona totalmente libre de
problemas, y es absolutamente esencial informarse bien antes de realizar
cualquier viaje por el Atrato, contar con los servicios de un guía local,
incluso contactar a las autoridades municipales. Sin embargo, con las debidas
precauciones, es una zona maravillosa y totalmente desconocida de Colombia que
ya se puede visitar.
3.
Malpelo
Muchos
lectores se sorprenderán de que incluya a esta isla, al parecer paradisiaca,
del Pacífico entre los destinos inaccesibles de Colombia. Las
razones por las que aparece en este artículo son completamente distintas en este caso que en el anterior, pero aún
así excluyen de hecho a la inmensa mayoría de los posibles visitantes. Malpelo es un
islote ubicado a unos 500 kilómetros de la costa pacífica de Colombia. Aunque
el mar que lo circunda tiene una profundidad de 4.000 metros, una formación
volcánica supera esa altura y forma el imponente islote, de 350msnm. El viaje
en barco demora entre 30 y 40 horas desde Buenaventura, el
puerto utilizado más habitualmente para esta travesía.
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Tibuerones martillo en Malpelo. Foto: Colombia Travel |
Para
acceder a Malpelo hay que contar con una autorización previa, que solo se
concede a embarcaciones grupales, y pagar una sustancial tasa diaria (165.000
COP para los extranjeros y 88.000COP para los colombianos, por persona).
Además, para bucear se debe contar con un instructor certificado, certificación
con al menos 25 inmersiones, y los grupos se reducen estrictamente a máximo de
seis buzos. En la isla no está permitido el senderismo, ni hay instalaciones
hoteleras, por lo que el barco debe contar con camarotes y sistemas ecológicos
para la gestión de residuos sanitarios.
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Atardecer en Malpelo. Foto: Waskyo |
Si se
suma el coste del viaje a Buenaventura, el alquiler del barco, y su
tripulación, y la contratación del guía certificado, el acceso a Malpelo
resulta prohibitivo en estos momentos para una gran mayoría de la población. ¿Y
cuál es el interés de esta isla y que empuja a algunos afortunados a acometer
el viaje? Su increíble variedad de fauna, que incluye aves migratorias en la
superficie, e inmensas bancadas de cientos de tiburones martillo que nadan plácidamente
bajo su superficie. Su aislamiento remoto y las condiciones estrictas de acceso, por razones de mantenimiento del frágil ecosistema, convierten a Malpelo en uno de los
lugares más fascinantes de Colombia, pero prácticamente inaccesible.
La tercera entrada de esta serie
se puede leer aqui.
Yo estuve en la zona del Darien, por el lado panameño que es más seguro... Aún así, hay que obtener permisos del servicio nacional de fronteras y es complicado llegar... Lo bueno, obviamente, entrar en un parque nacional donde te sientes en la naturaleza profunda, con un guía que fuimos y unos biólogos y nadie más en la zona (y si los había, mejor no verlos jejeje).
ResponderEliminarEn principio de los 150 km que se quedan sin carretera, hay 30-40 controlados. Luego de ahí, sería ya bajo tu cuenta y riesgo...
Y lo bueno es disfrutar de fauna como monos araña, guacamayos... o de cascadas en solitario... En el lado colombiano sí leí que está imposible y de hecho creo que está como en emergencia en el listado de la UNESCO, ya que era un punto protegido.
¡Muchas gracias por tu comentario! En esta región no hay alternativa: hay que estar muy bien informado sí o sí.
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