Guatapé: del infortunio a la fama


Una de las cosas que más me llamó la atención por el recorrido del Oriente de Antioquia es que los pueblos que la integran han roto rivalidades ancestrales y colaboran entre todos para mantener su intensa vitalidad y dar a conocer su interés turístico. Estando tan cerca de la gran urbe Medellín, pueden contar con las visitas de fin de semana desde la capital del departamento, pero aspiran a más, y por eso están dando forma a rutas específicas que tengan atractivo no solo en Colombia sino más allá de las fronteras. Quizá en ningún otro lugar el esfuerzo haya sido mayor que en Guatapé, conocida como el ave fénix de la región. Pasó de sufrir la grave amenaza que supuso la inundación de la mayor parte de su término municipal, consecuencia de la construcción de un gigantesco embalse hidroeléctrico en los años 70, a ser el epicentro del turismo acuático en Antioquia. Lanchas der todo tipo, desde pequeñas hasta gigantescas discotecas flotantes, surcan las frías y tranquilas aguas del embalse, para deleite de los visitantes que contemplan con asombro no solo el hermoso paisaje, sino las elegantísimas residencias que se están construyendo en algunos segmentos de sus orillas.


Pero Guatapé no se conformó con el agua, sino que el nuevo pueblo fue hermosamente decorado, recuperando los tradicionales zócalos en las casas, empedrando los pavimentos y adoptando hermosos colores para decorar las fachadas. Es una delicia recorrer las calles de Guatapé, como todas las del Oriente, llenas de vida, en búsqueda de un restaurante, o un comercio, mientras de descifran las historias que van contando los zócalos multicolores.


El Peñol, una roca gigantesca situada a pocos kilómetros del centro urbano, es otro ejemplo de cómo convertir una herencia pesada en una fuente de fama y felicidad. Históricamente se consideraba a este pedrusco como un problema para sus propietarios: era inaccesible daba sombra a los terrenos sobre los que resultaba imposible cultivar nada de provecho. Con la llegada del turismo, sus propietarios decidieron construir unas escaleras, con más de 700 peldaños, que permiten llegar hasta la cumbre. Desde allá se contempla “la vista más hermosa del mundo,” nos dicen. Imposible resistirse, pese a que las escaleras, en su ascenso casi vertical, producen terror entre los perezosos y los que padecemos vértigo. Sin uno saber como, se consigue llegar a la cumbre, y en efecto la vista es desde allí hermosa, aunque su título de suprema belleza sin duda sería debatida por otras en incontables municipios de Colombia.


Guatapé es sin duda un ave fénix, un lugar que ha sabido encontrar la fama precisamente en su
infortunio. Un lugar que sin duda vale la pena conocer en el recorrido por el orgulloso y hermoso oriente antioqueño.

Comentarios

  1. Estoy aprendiendo mucho sobre la bella Antioquia :)

    ¡Gracias!

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  2. que ganas de conocer colombia y en particular Antioquia

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