Trancones en los Cerros

Cerros Orientales de Bogotá. Foto: Jorge Bela
Los Cerros Orientales son el gran tesoro ecológico de Bogotá. Su extensión y su belleza los convierte en uno de los parques urbanos más hermosos del mundo. La fragilidad del ecosistema y la necesidad de hacer un uso responsable deberían ser los únicos frenos a su disfrute por parte de los millones de bogotanos que carecen de espacios verdes. Sin embargo, han estado cerrados a la ciudadanía: la delincuencia, los especuladores inmobiliarios, incluso la Empresa del Acueducto, se empeñaron en que los bogotanos percibieran a los Cerros como un lugar a evitar.

Han sido grupos de ciudadanos, especialmente los integrados en la asociación Amigos de la Montaña, quienes han conseguido, tras varios años de trabajo y algún que otro revés, la apertura de dos caminos: La Quebrada de la Vieja y la de las Delicias.
Cerros Orientales de Bogotá. Foto: Jorge Bela
La tarea no ha sido fácil: fue necesario convencer a la Empresa del Acueducto para que diera los permisos necesarios, y a las autoridades locales para que se asignara la imprescindible protección policial. Fuera de estas dos vías, la situación de seguridad sigue siendo muy delicada, y los asaltos, algunos violentos, son relativamente frecuentes.

Ahora la apertura de estos caminos parece un hecho consolidado: gracias a la iniciativa ciudadana se ha logrado dar el primer paso en la recuperación de los Cerros para sus legítimos propietarios: los bogotanos y sus invitados del todo el mundo.

Sin embargo, la situación dista mucho de ser la deseable. Los caminos están abiertos solo de lunes a sábado, y a penas durante unas horas, de 5 a 10 de la mañana. Fuera de estos tiempos, los Cerros siguen siendo igual de inaccesibles y peligrosos que antes.



Uno pensaría que el éxito logrado por los Amigos de la Montaña y personas afines haría que se ilumine algún bombillo en la cabeza de las autoridades, pero no ha sido así. Nadie se ha molestado en abrir nuevos caminos, en mejorar la seguridad, en ampliar los horarios. Lo que es peor, desde hace unos meses la cantidad de personas que suben por la Quebrada de la Vieja los sábados es tal, que se organizan auténticos trancones humanos, y perrunos. Tales aglomeraciones no solo hacen que las caminatas no sean agradables, sino que son dañinas para el entorno. También es fácil ver como algunos propietarios de mascotas no sienten ningún respeto por los demás, y no limpian los restos que van dejando sus animales.
Cerros Orientales de Bogotá. Foto: Jorge Bela
Ha quedado meridianamente claro que los bogotanos  deseamos disfrutar de los Cerros, pero el cumplimiento del sueño de los Amigos de la Montaña debe seguir avanzando. Para ello es necesario abrir nuevos caminos, y ampliar los horarios en los existentes. Uno lee en la prensa que hay grandes planes en este sentido, pero una vez mas la impresión que queda es que los únicos que siguen haciendo algo al respecto son las asociaciones de ciudadanos. Debemos apoyarlos en esta gran tarea, y presionar a las autoridades para que encuentren los recursos necesarios para que esa maravilla que son los Cerros Orientales puedan ser disfrutados con seguridad y con respeto al medio ambiente.

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