Bienpueda, Salento.
Salento, capital del departamento del Quindío, ha logrado
sobreponerse al terremoto que hace unos años causó graves daños en toda la
región, y que afectó seriamente a la torre de su iglesia. Con pintorescos
caserones paisas, un clima muy suave (está a 1.900 metros) y su proximidad al
Valle de Cócora, se encuentra en una posición envidiable para recibir la
creciente riada de turistas que desean conocer la zona cafetera. A todo estoy
hay que añadir un nombre de resonancia
mediterránea.
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Salento. Foto: Jorge Bela |
Llegamos a nuestro hostal, el muy recomendable Ciudad deSegobre (de nuevo la conexión meditarránea), y su propietario rápidamente nos
dio toda la información necesaria para visitar ese mismo día a una plantación
de café, y también para la caminata del día siguiente por el Cocora. Las
ventanas del hostal, siguiendo la tradición local, no tienen cristales: tan
solo contraventanas que se pueden cerrar por módulos si llueve o al caer la
noche.
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Salento. Foto: Fernando Conchello |
Dejamos las mochilas y nos dirigimos hacia la plantación, a
unos cinco kilómetros del pueblo. Desde el camino se puede ver el Quindío precipitándose
valle abajo, e interminables plantaciones de café en las laderas. El agradable
paseo se vio amenizado por un enorme loro multicolor que descansaba en un árbol,
pero que no quiso posar el tiempo suficiente para sacar las cámaras de fotos.
En la finca cafetera nos dieron un tour
que incluía todo el proceso, desde la planta hasta el torrefactado. Nuestro
guía portaba un machete que usó en un par de ocasiones para cortar muestras de
plantas .
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Salento. Foto: Fernando Conchello |
Por la noche iniciamos el habitual periplo de búsqueda de un
lugar para cenar, y en el proceso decidimos entrar en una tiendita de
artesanías. Fue allí donde escuche por primera vez la que es mi expresión
favorita en Colombia: “bien pueda.” Al abrir la puerta y poner un pié en el
recinto, la salentina que atendía lo dijo, de tal forma que parecía una sola
palabra. Yo, que no entendí, hice una mueca, a lo que la salentina añadió:
“bienpueda, siga:” estaba claro, bienpueda
es algo asó como “adelante.” En Bogotá no se escucha frecuentemente, pero cada
vez que lo oigo, disfruto. Es una palabra amistosa donde las haya, quizá
sintetice mejor que ninguna otra la hospitalidad colombiana.
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Salento. Foto: Fernando Conchello |
Después de la cena tomamos una cerveza en un bar de la
plaza. En la entrada unos jóvenes charlaban animadamente. Al fondo, en la
barra, un tipo serio, de bigote blanco, ruana, y cara de no bromear nunca,
dialogaba con su botella de Néctar. Una pareja conversaba en una mesa. Nos
sentamos en la barra, y el camarero nos explicó que viene de Armenia de jueves
a sábado, a poner música. De pronto, el tipo serio pidió al camarero que
llevara una cerveza a la pareja sentada en la mesa, quienes la aceptaron sin ni
siquiera levantar la mirada. Por los altavoces sonaba a todo volumen “Mi único amigo.” El camarero nos dio una lección magistral sobre el vallenato.
Bienpueda, Salento.
Hola Jorge, una vez más sacaste una sonrisa de mi cara :)
ResponderEliminar"Siga bien pueda" es tal vez la expresión colombiana que más repite mi esposo :) :)
En cuanto a Salento, es un pueblo que atrapa, encantador, acogedor. Nosotros estuvimos de pasada una tarde pero me gustaría hacer como tu, hacer noche y conocer un poco más su entorno y sus gentes... me queda tanto por conocer de mi Colombia del alma...
Un saludo y gracias una vez más por mostrar Colombia al mundo.
Un saludo para ti también, Macorisa
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